Quién nos iba a decir que en pleno Día Internacional del Inmigrante íbamos a felicitarnos porque el Alcalde Alberto Ruiz Gallardón rectificara su postura inicial y decidiera dar marcha atrás en la directiva que prohibía la presencia de hombres anuncio en nuestras calles. Bueno, en realidad fue anoche, en la copa que el regidor comparte cada Navidad con los medios. Ya lo comentamos en su día, en posts posteriores, que era un gran error considerar esta profesión indigna, puesto que da de comer a muchas familias.
A decir verdad, nunca terminé de entener porque la ordenanza que calificaba de indigno el trabajo de hombre anuncio surgía de la Concejalía de Medioambiente; no parece, al menos en una primera lectura, que sea el origen más lógico... ¿pilló por sorpresa a Gallardón? Pudiera ser, puesto que casos de incomunicación más graves hemos visto entre, por ejemplo, el ministro de Economía y alguna ministra pro eliminación del IVA en la cultura...
Volviendo al Día Internacional del Inmigrante, que se celebra desde hace 18 años cuando las ONU aprobó la Convención Internacional sobre la protección de los trabajadores inmigrantes, no podemos decir que haya un extraordinario despliegue de festejos, pero tampoco hay porqué tenerlo. Es un pequeño recuerdo/homenaje para todos los que nos encontramos lejos de casa, añorando, o quizás no, pero tratando de aportar nuestro granito de arena al país que nos acogió.
Un brindis por ellos, por los que acogen, por los que aportan.
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